¿Quién fue el Duque de Rivas?

Militar, Aristócrata, historiador, pintor, político, escritor, diplomático… Casi un hombre renacentista pero en pleno Siglo XIX español. Ese era Ángel María Pérez de Saavedra o lo que es lo mismo el Duque de Rivas (1791-1865) Un hombre lleno de aristas con una vida de esas que ahora categorizaríamos de “película” Complejo en su personalidad y en sus vivencias. Su figura y su vida nos acerca también a esa Villa de Rivas de Jarama que fue el germen de la actual Rivas-Vaciamadrid. Ahora podemos conocer sus obras de teatro completas gracias al libro de Diego Martínez Torrón editado por Alfar  “Teatro Completo. Ángel de Saavedra Duque de Rivas” Hoy en Vivir en Rivas te queremos acercar la figura de este aristócrata singular.

Ángel_de_Saavedraduque_de_RivasY empecemos por el principio. ¿Qué es eso del Ducado de Rivas? Este título nobiliario español fue creado en tiempos del Rey Carlos IV. Anteriormente había sido marquesado. Marquesado de Rivas con Felipe IV en 1641 pero Carlos IV en 1792 lo eleva a Ducado de Rivas y lo coloca en la 2ª clase de Grandeza de España. Una Segunda clase que la Reina Isabel II eleva a primera clase en 1845 precisamente para honrar a “nuestro" Duque de Rivas  Ángel de Saavedra.

Tanto el marquesado como el ducado de Rivas toman su denominación de la Villa de Rivas de Jarama. Una pequeña localidad separada de la Villa de Madrid por el municipio de Vallecas. Los marqueses o duques de Rivas tuvieron la jurisdicción de Rivas de Jarama hasta finales del XVIII donde la jurisdicción la toma la Corona. Esa pequeña localidad fue uno de los gérmenes y anexiones de la actual Rivas Vaciamadrid. Entre las curiosidades podemos decir que el Palacio de los Duques de Rivas en la Villa de Madrid sigue en pie y es actualmente la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Pero volvamos a nuestro protagonista Ángel María Pérez de Saavedra. Ni siquiera le tocaba ser Duque pues era el segundo hijo varón de Juan Martín Pérez de Saavedra. Nació en Córdoba en 1791. Era su hermano Juan el llamado a heredar. Pero este murió sin descendencia en 1834 y Ángel tomó el Titulo. Para Ángel, como hermano menor, estaba reservada la carrera militar. Y esta fue una faceta a la que consagraron su educación desde muy pequeño. Con nueve años ya era miembro de la Orden de Santiago. En 1806, con 15, se incorporó al Regimiento del Infante y más adelante se incorporó a la Guardia de Corps para ir al Norte de Europa. Fue aquí donde empezó a trabar amistad con escritores. Empezó a escribir y pintar gracias a Antonio de Capmany y a López de Enguídamos. Cuando ya tenía despacho de alférez en Aranjuez fue testigo de excepción del Motín de Aranjuez.

[caption id="attachment_4666" align="alignright" width="248"]Autorretrato del Duque con su familia Autorretrato del Duque con su familia[/caption]

Al estallar la Guerra de Independencia abandonó la Guardia Real que se puso del lado de  Bonaparte y Ángel se unió a las tropas que luchaban contra los franceses siendo herido en la Batalla de Ontígola. Nombrado mas tarde Capitán de Caballería. Siempre fue un liberal exaltado en 1823 fue condenado a muerte y se exilió tras haber apoyado el Golpe de Estado de Riego. Exilio que le llevó por Malta, Inglaterra y París volviendo a España en 1834 tras la muerte de Fernando VII y tomando ya  el Título Nobiliario como Duque de Rivas. Ahí se inicia su carrera política siendo Ministro de Gobernación, Senador, embajador en Nápoles, Pte del Consejo de Estado, Ministro de Marina y director de Reales Academias de Lengua y de Historia.

En la literatura el Duque de Rivas fue una de las plumas más importantes del Romanticismo español. Hoy en día su drama “Don Álvaro o la fuerza del sino” de 1835 es su obra más renombrada y conocida pero como escritor hizo muchas más cosas.

[caption id="attachment_4665" align="alignleft" width="300"]Don Álvaro fue llevada al Estudio 1 de TVE "Don Álvaro o la fuerza del sino" fue llevada al Estudio 1 de TVE[/caption]

En teatro por ejemplo con obras como “Tanto vales cuanto tienes” o “El desengaño de un sueño” En poesía “Romances históricos” o “El sueño del proscrito” y en prosa “Sublevación de Nápoles, capitaneada por Masaniello” o el ensayo “Los españoles pintados por sí mismos” El Duque de Rivas fue la punta de lanza para que el Romanticismo triunfara en España. Gran calidad también en su obra pictórica donde pintó tanto autorretratos, escenas de su propia familia y otros aristócratas de la época como también mujeres semidesnudas o cuadros costumbristas. Su etapa como embajador en Nápoles es una de las más ricas en cuanto a sus cuadros. Conocido en toda Europa por su buen humor y su conversación fácil y ágil. Le gustaba moverse en todos los ambientes y ámbitos de su época. Entre las curiosidades decir que su “Don Álvaro o la fuerza del sino” es la base para el libreto de la ópera de Verdi “La fuerza del destino”  El Duque de Rivas falleció en 1865 en Madrid.

Aquí podemos leer uno de sus sonetos.

“El Álamo Derribado”

Gallardo alzaba la pomposa frente,

yedras y antiguas parras tremolando,

el álamo de Alcides, despreciando

la parada nube, y trueno y rayo ardiente;

cuando de la alta sierra de repente

desprendido huracán bajó silbando,

que el ancho tronco por el pie tronchando,

lo arrebató en su rápida corriente.

 

Ejemplo sea del mortal que en vano

se alza orgulloso hasta tocar la luna,

y se juzga seguro en su altiveza:

Cuando esté más soberbio y más ufano,

vendrá un contrario soplo de fortuna

y adiós oro, poder, favor, fortuna.

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